CUARTA SEMANA =)

¡Buenas noches!
   
    Para comenzar, vamos a tratar el tema del poder. Y es que, aunque parezca sorprendente es la persona que se muestra más débil la que verdaderamente posee el poder; por lo tanto, podemos considerar la debilidad como instrumento para ejercerlo.

    Por otro lado, cuando llevemos a cabo una intervención socioeducativa no debemos olvidar que nosotros somos los educadores, y por tanto, los que disponemos del poder, que debemos mostrarlo mediante el uso de una metodología adecuada en la que se dé protagonismo a la persona.

    Es imprescindible que seamos capaces de controlar la emoción cuando trabajemos, ya que esto puede llegar a ser un gran obstáculo a la hora de intervenir con la persona.

    Otra cuestión relevante es saber diferenciar entre los términos apatía, simpatía y empatía.
    Podemos definir el primero como “pasar de” algo o alguien.
   El segundo hace referencia a la conexión emocional que se establece con un determinado individuo, como si éste se tratara de un igual.
    El tercero se basa en ponernos en la situación del otro, para de este modo, poder entenderlo.

    Algunos de los profesores que hemos tenido a lo largo de la carrera, han hecho gran hincapié en la importancia de ser empáticos con los demás; pero debemos tener en cuenta que a pesar de que intentemos serlo con un determinado individuo, nunca podremos estar en su misma situación.

    Esto último, ha cambiado totalmente mi punto de vista, ya que hasta ahora siempre he antepuesto la empatía a la simpatía.

    Existen tres principios sistémicos de grupo: dar y tomar, orden y sentimiento de pertenencia.
    Para explicar este último, el docente llevó a cabo una dinámica que consistía en colocar una serie de sillas juntas, en las que posteriormente, cada uno de nosotros debía subirse; el profesor iba retirando algunas hasta que fuera imposible quitar más. Este ejercicio tenía como finalidad sentirse parte del grupo, en otras palabras, fomentar la ayuda mutua entre los compañeros, y de este modo, mantener el equilibrio y no caer al suelo.

    En mi opinión, fue una actividad interesante que potenció el cooperativismo entre los participantes del grupo, de un modo dinámico y divertido.

    Por último, decir que el grupo presentó el texto sobre el interaccionismo simbólico. La idea básica de éste es que los seres humanos no sólo nos relacionamos e interactuamos mediante la comunicación verbal, sino también a través de la no verbal, como son los signos, símbolos, etcétera.



Hasta la próxima,

Andrea.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Andrea,

¿Te das cuenta de todo lo que podemos decir, sin decirlo? Prueba a escuchar lo que no dicen los demás. Wittgenstein, filósofo y lingüista de la primera mitad del siglo XX decía que lo importante en la comunicación entre las personas, no es lo que se dice, sino, justamente, lo que no se puede decir.

Te propongo que observes a alguna persona y escuches lo que dice y lo que no. Luego, valora qué te da más información de dicha persona. Piensa, después, lo que puedes comunicar sin decir nada. ¿Qué comunicas cuando estás en silencio? ¿Una emocionalidad determinada? ¿Un juicio sobre determinada persona que se reconoce por tu mirada?

En cuanto a la interacción de grupo sería la segunda cuestión más importante de toda metodología. La primera, como construir una relación socio-educativa con el sujeto. La segunda, como construir un grupo.

Saludos

Iñaki

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